Artesano del Hierro
Ernesto Ibáñez Cepeda
Nació en una tradición familiar de herreros desde la que sostuvo su gran pasión, el arte del hierro, la forja, un deseo, una investigación hecha de golpes solitarios que en el silencio hacen el sonido de la belleza, escritura de un relato que se hace poema…
«A MI HERMANO HIERRO
Hierro hermano, si en la forja te
acaricio… puedes ser… todo, queriéndote
y mimándote eres capaz de ser Ángel,
Justicia, Libertad, Amparo, Defensor…
podrías y puedes alcanzar puestos del más alto honor.
Si te tratan duro, harás y serás esclavizador,
maza demoledora o guerrero sin
razón, dime hermano amigo, ¿ quién y
qué eres y cuál es tu motivo?.»
Obras Destacadas de Ernesto Ibáñez
Breve reseña
Ernesto Ibáñez Cepeda nació en Baltanás (Palencia) el 11 de agosto de 1922, falleció en Jaén el 1 de febrero de 2004.
Después de varias experiencias en empresas del metal y de maquinaria agrícola, se dedicó durante 28 años a la docencia de la rama del metal en la ciudad de Jaén como profesor de Formación Profesional.
Durante toda su vida combinó de modo intenso su vida laboral con su gran pasión: el arte del hierro, la forja, bañada siempre en la búsqueda audaz de un estilo que bebiera ávido de la historia de ese arte, de un relato vivo escrito a base de golpes solitarios, de materiales que desde el silencio inicial se levantan, andan y fijan el relato.
En 1984 fabricó un Mural de hierro artístico, de 2,50 x 1,60 metros, alusivo a la Villa Milenaria de Baños de la Encina, declarada Conjunto Histórico-Artístico. Resaltaba el autor las gruesas piezas de estilo barroco que guarnecen el marco del escudo, en los paneles, caladas las formas que constituyen la silueta del milenario Castillo con sus letras góticas iluminadas desde el interior a dos caras.
En los últimos años de su vida pudo terminar la que para muchos es su obra capital, una extraordinaria Mesa Barroca con Recuerdos Renacentistas.
En el fondo, lo que hace el artista es sentar en la mesa y poner de modo tranquilo a conversar a distintos períodos de la Historia para que charlen, para que hablen, sí, pero que lo hagan con el esforzado y a la vez amable lenguaje del hierro.
Ernesto Ibáñez amaba al hierro. Lo consideraba una extensión más de su cuerpo. Se peleaba amorosamente con él, en medio del fuego, y entre los tres buscaban y encontraban nuevos y encorvados caminos que alumbraban la belleza.
Pero el maestro de la fragua también amaba las palabras, como nos confirman sus numerosos escritos explicativos de muchas de sus obras y, sobre todo, su hermoso poema, una oda a ese mineral que le acompañó durante toda su vida, ‘A mi hermano hierro’.
Buscaba esas palabras para acariciarlas, y ellas le recibían felices para conversar con él sobre el color de las últimas ascuas.
Ernesto Ibáñez, hierro, fuego y palabra
PREMIOS Y DISTINCIONES
Innumerables premios y distinciones han ido reconociendo su trabajo a lo largo de su vida. En el año 1971 es designado para diseñar un trabajo de arte en metal para obsequiar al entonces Ministro de Trabajo con motivo de su visita a Jaén. La gemela del citado trabajo, añadido un estilo más, supuso un Primer Premio Provincial.
En el año 1975 se alza con Primer Premio en XIII Concurso Exposición de Artesanía Jienense, otorgado por Ministerio de Información y Turismo.
Ese mismo año, según escrito de 5 de julio de 1975, forma parte de la lista finalista para serle entregado el título de ARTESANO EJEMPLAR, la más alta distinción nacional que en aquel entonces se podía alcanzar. Por ser tan reducida en número la honrosa relación, es nombrado ARTESANO DISTINGUIDO de la provincia de Jaén.
En 1976 obtiene el Diploma de Honor por la participación distinguida en la Exposición ARTESANAL-2 en Granada.
En 1979 es el elegido para realizar una obra trascendental por su connotación espiritual. Se trata de un Sagrario para la nueva iglesia de San Juan de la Cruz, feligresía suya. En principio rechaza el proyecto por no estar de acuerdo con el diseño del arquitecto. Terminada la iglesia, el párroco insiste que este artista haga el sagrario, permitiéndole, ahora sí, tanto la realización como el diseño.
En 1981 obtiene el Primer Premio y Diploma en el Concurso Provincial de Artesanía, celebrado en el Museo Provincial de Jaén, y organizado por el Ministerio de Cultura.
Año 1983. Le es otorgado el Segundo Premio con diploma y asignación en metálico en el III Concurso Provincial de Artesanía de Jaén, organizado por la Delegación Provincial de Cultura. La pieza de nuestro autor premiada era una ‘Alegoría al Estudio y al Trabajo’, libro y yunque abrazados buscando un objetivo común.
Testimonios
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